El impacto de la enfermedad celíaca va más allá del sistema gastrointestinal, de manera que puede afectar a otras partes del cuerpo, como es el caso de la salud ocular, debido a la mala absorción de nutrientes esenciales para la visión, como las vitaminas A, D y E, el zinc o el ácido fólico.

 

Estas deficiencias nutricionales pueden dar lugar a problemas como el ojo seco, cataratas, disminución de la visión nocturna e incluso úlceras corneales en los casos más severos. Ademas, la celiaquía se relaciona con enfermedades autoinmunes que pueden comprometer la visión, como la uveítis o la escleritis.

Según ha señalado el especialista de Miranza, Álvaro Martín, “estas alteraciones son más frecuentes en pacientes que aún no han sido diagnosticados o que, pese a tener diagnóstico, no siguen una dieta estrictamente libre de gluten. El consumo continuado de gluten en estos casos daña la mucosa intestinal e impide la correcta absorción de nutrientes clave para la salud ocular”.

Para prevenir o controlar estas complicaciones visuales, los especialistas recomiendan mantener una dieta libre de gluten, recurrir a suplementos nutricionales cuando sea necesario, utilizar lágrimas artificiales en caso de ojo seco y realizar controles oftalmológicos periódicos. En este sentio, el especialista concluye que  “un diagnóstico precoz y un seguimiento multidisciplinar son clave para preservar la salud visual de los pacientes celiacos”.

La celiaquía puede provocar una reducción de la cantidad de lágrimas y alterar su composición, de ahí que el ojo seco sea el trastorno ocular más frecuente en estos pacientes; y sus síntomas principales pasan por irritación ocular y sensación de cuerpo extraño.

La formación de cataratas también está asociada a la intolerancia al gluten motivada por la deficiencia de vitamina D, de manera que los niveles bajos de esta vitamina y de calcio interrumpen la homeostasis de calcio del cristalino, lo que incrementa el riesgo de formación de cataratas.

Los pacientes celíacos también pueden experimentar neuropatía óptica, una afección que afecta al nervio óptico y que puede originar pérdida de visión. Además, la celiaquía está asociada a un mayor riesgo de desarrollar patologías oculares inflamatorias como la escleritis, una inflamación de la esclerótica, la capa blanca del ojo, o la uveítis, la inflamación de la úvea, la capa media del ojo.

Además, tambien puede producirse el desarrollo de orbitopatía tiroidea que afecta a la órbita y a los tejidos periorbitarios, y que se origina cuando las defensas atacan al tiroides y a la grasa y músculos que hay alrededor de los ojos, produciendo inflamación que se traduce en ojos hinchados o rojos.

La detección temprana y el manejo adecuado de la celiaquía son fundamentales para mitigar su impacto en la salud ocular, al tiempo que la adherencia a una dieta estrictamente libre de gluten mejora la absorción de nutrientes y reduce la inflamación sistémica, disminuyendo el riesgo de patologías oculares.

Para prevenir todo esto, es necesario realizar revisiones oftalmológicas periódicas a los pacientes celíacos, especialmente si presentan afecciones visuales o están en riesgo de deficiencias nutricionales.

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