Padecer una intolerancia alimentaria como la celiaquía ya es menos problema en Villaviciosa. Quienes la sufren ya no tienen por qué desplazarse a otras localidades para llenar el carro o  disfrutar de un restaurante. Y es que los comercios y los establecimientos de hostelería maliayos son cada vez más conscientes de las necesidades de estos pacientes y en los últimos tiempos han decidido apostar por abrirse a los alimentos que dan servicio a personas con una dieta limitada.

Unos han adaptado sus productos de toda la vida y otros han innovado de forma específica; pero todos están convencidos de que se trata de un mercado "cuya demanda crece cada vez más".

Cuenta el diario El Comercio que Florinda Tobal atiende tras el mostrador del herbolario Área Natural asegurando que "la gente empieza a ser consciente de la importancia que tiene la alimentación". Sin embargo, echa en falta "que en la Seguridad Social haya nutricionistas especialistas en estas patologías". En su establecimiento se puede encontrar cualquier producto adaptado a todo tipo de necesidades alimentarias. "Lo más común son las intolerancias a la lactosa y al gluten y los diabéticos", apunta.

Conocedora de que cada persona es un mundo, Tobal ofrece a sus clientes la garantía de encontrar el producto adecuado a sus necesidades. Un método que también siguen con diligencia las hermanas Ana y Gislena Granda Zapico, de la frutería El Güertu y La Tiendina de Gis, ubicadas en la plaza de abastos. «Vamos trayendo las cosas según nos las van pidiendo porque son productos con caducidad que son difíciles de conservar», explican.

Ana ya es veterana en la plaza, donde ofrece frutas y verduras ecológicas con certificado del Consejo de Producción Agraria Ecológica (Copae). Gislena, por su parte, decidió abrir el pasado mes de agosto un puesto con productos asturianos y alimentos especiales. "No había sitios donde comprar algo tan básico como un yogur sin lactosa y la verdad es que estoy contenta con la respuesta de la gente", señala.

tiendavillaviciosaTambién la hostelería de Villaviciosa se ha puesto las pilas en este sentido. Teresa Iglesias es copropietaria junto a su hermana del restaurante La Venta de Valloberu. Empezó a ofrecer platos especiales para dos clientes celíacos y en la actualidad toda su carta está adaptada a personas con intolerancias. "No pasa semana sin que venga alguien con algún problema alimentario", asegura. Una freidora solo para patatas, harina de arroz, bechamel sin gluten y con leche de soja, verduras y vino ecológicos son algunos de sus secretos..

Pero no todo es novedoso en cuanto a oferta ene este ámbito. La confitería Colón lleva veinte años adaptando dulces. "La mayoría se vende por encargo y sí que hay demanda. Cada vez hay más niños con intolerancias", asegura Blanca Caso.

De su cocina salen, entre otros, chocolate y caramelos especiales para diabéticos, manzanas de mazapán, borrachines y tocinillos, pasteles sin lactosa y huevo...

Por su parte, Vicente Alonso y Jacoba Álvarez, del Café de Vicente, han incorporado dulces y bebidas vegetales en su carta por la demanda. El pasado año crearon el Postre de la Gaita, un dulce elaborado con almendra y manzana, para las Jornadas de la Salud que, debido a su éxito, han mantenido hasta ahora.

En esta edición su propuesta fue un bizcocho sin gluten y sin lactosa. El desarrollo de este nicho de mercado en Villaviciosa se ha visto respaldado por la celebración, desde hace tres años, de las Jornadas de Salud e Intolerancias Alimentarias, promovidas por Amelia de la Ballina, directora médica de Clínica Ballina. La odontóloga defiende que existe una relación directa entre la alimentación y numerosas patologías.

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