Un grupo de científicos cordobeses del Instituto de Agricultura Sostenible (IAS) ha presentado en Bruselas un proyecto mediante el cual han desarrollado nuevas variedades de trigo aptas para el consumo de enfermos celíacos.
Estas nuevas variedades presentan como singularidad la ausencia de gliadinas, que son las glucoproteínas responsables en gran parte de la respuesta alérgica por parte del enfermo celíaco.
Nos encontramos pues ante una buena noticia para los científicos cordobeses y para los enfermos celíacos, que gracias a estos avances podrán ingerir alimentos que antes eran impensables para ellos.
La biotecnología está muy presente en nuestras vidas, aunque no nos demos cuenta, y el futuro de la alimentación y de la producción agraria mundial pasa irremediablemente por el mayor desarrollo de esta.
Existen infinidad de proyectos científicos que podrían mejorar en gran medida la calidad, salubridad, rentabilidad y productividad de las cosechas, lo cual sería clave para garantizar el mayor abastecimiento alimentario de la creciente población mundial.
Y no sólo para alimentación, sino también con fines sanitarios o industriales, lo cual en muchos casos supondrá un gran avance en materia de protección medioambiental.
Desde Bruselas nos prohíben cultivar alimentos transgénicos que los agricultores del continente americano sí producen, lo cual nos coloca en una situación de clara desventaja competitiva. Y lo que no tiene sentido ninguno es que no nos permitan cultivarlos, pero sí importarlos. Por lo que nuestro ganado, por ejemplo, puede comer grano transgénico procedente de países como Estados Unidos o Argentina, pero no español.